Ayer todos nos encontrábamos con la noticia del desafortunado final de la chica sevillana desaparecida, Marta. Más triste aún fue saber que había sido su ex-novio el que confesó haberla asesinado y tirado al Guadalquivir junto con un amigo.
Estos hechos deben hacernos reflexionar acerca de qué valores recibe la juventud y qué esfuerzo se hace por cambiarlo desde todos los puntos de la sociedad, ya sean padres, profesores, gobernantes, etc.
Ahora se están llevando a cabo las labores de búsqueda del cuerpo que ojalá encuentren para que sus padres puedan darle el descanso que se merece. Espero que la justicia trate al asesino como lo que es, un asesino, y se dejen de historias para que sepa las consecuencias que tiene el llevarse por delante la vida de una persona.
Capitulo aparte y una vez dicho esto, me gustaría también abrir un pequeño debate acerca del tratamiento de los medios de este asunto. Me ha sorprendido ver cómo desde que se anunció la desaparición de la joven, se ha hecho un especial incapié en que ella era usuaria de una red social (Tuenti en este caso) y que a través de ella podría haber conocido a algún desalmado que se la hubiese llevado. Todo esto puede ser hasta cierto punto, lógico. Lo que no es lógico es que, después de conocer que fue su ex-novio quien le quitó la vida, sigan haciendo referencias a que era usuaria de una red social y tal y tal.
Yo no estoy ni a favor ni en contra de las redes sociales, pero me resulta gracioso cómo esos periodistas (que estudian una carrera durísima, sic) que enarbolan la bandera de la objetividad buscan en internet y los videojuegos al criminal. A raíz de opiniones cómo las que comento surgen especiales, informes «en profundidad», etc., para decir lo malos que son internet y los videojuegos que pervierten las mentes de los jovenes. Tienen toda la razón, no son culpables de ello ni la sociedad (porque eso sería tirarnos piedras sobre nuestro tejado y antes muerto que reconocer mi responsabilidad), ni el cine, ni la televisión (esa que hace millonario al que roba al pueblo), no las familias… . Es más fácil buscar el culpable en aquello que se desconoce, porque, como no lo conocemos, es malo.
Haciendo un poco de memoria, recuerdo cómo películas como Tiburón, hicieron que la mayoría de la gente viese a los tiburones blancos como asesinos de personas. Recuerdo también como en un documental de National Geographic decían que los asesinatos de tiburones blancos habían crecido exponencialmente desde la emisión de esa serie de películas.
En la actualidad, la gente paga por bañarse con ellos en libertad (dicen que sube la adrenalina y no lo dudo) y eso se debe a que la gente los ha conocido cómo de verdad son, y entonces ya no son malos.
No quiero que estos últimos comentarios desvíen el tema principal que es el fallecimiento de una joven inocente, pero si que me gustaría dejar ahí el tema para la reflexión.
Esperemos que capítulos como este no se vuelvan a repetir.